‘Voy a seguir escribiendo’

Por Betty Escobar
@B3scobar

“Cuando tu vecino, amigo o colega empieza a decir que calles lo que piensas es porque el censor ha cumplido su objetivo”. Este mensaje fue escrito por el periodista Martín Pallares, en su cuenta de Twitter, el 20 de abril de 2014. Cuando lo leí acababa de pasar por una situación de amenaza por expresar mis opiniones en esa misma red social y en EL UNIVERSO. El tuit de Martín representó lo que vivía en ese instante. Lo guardé en mi computadora y me dije: “Escribiré una columna sobre esto”.

Jamás imaginé que ese momento llegaría con el despido del periodista del diario El Comercio. Con más de veinte años de trayectoria, trece de ellos en el periódico quiteño, los artículos de Martín se caracterizaron siempre por ser directos y críticos. Sus opiniones no se quedaron nunca solo en papel. En su cuenta personal de Twitter fue aún más frontal y de comentarios agudos. Todo esto le costó infinidad de insultos ‘sabatinescos’ y amenazas también. En agosto, la directiva del rotativo le comunicó a Pallares que “tenía que escoger entre exponer sus comentarios en sus cuentas personales o seguir en el diario”. En una entrevista para Rayuela Radio, Pallares señaló que esa opción era “algo indigno” que le habían planteado y que su salida “sucede en medio de una permanente angustia y temor por parte de medios y periodistas a ser procesados por la Ley de Comunicación”.

El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) señaló que “el despido de Pallares aumenta la preocupación de los defensores de la libertad de prensa de que en Ecuador podría estar ocurriendo una situación similar a la de Venezuela”. En lo que va del gobierno de la revolución ciudadana, son muchos los periodistas que han salido de medios de comunicación debido a la presión ejercida, desde el poder, a los dueños de estos medios. Gracias a Dios, no han callado y han seguido expresándose libremente a través de las redes sociales o los blogs.

Martín Pallares será uno de ellos, ha dicho: “No hay peor pecado que no dar la batalla en contra de esta tiranía de silencio que se nos quiere imponer”. De sobra sabemos que “aquellos” seguirán valiéndose de su ley mordaza para silenciar las voces disidentes. Pero mientras haya un Martín Pallares, un Carlos Vera, un Jorge Ortiz, un Emilio Palacio, un Roberto Aguilar, una Janeth Hinostroza (y muchos otros), prevalecerá el compromiso de continuar defendiendo la democracia y las libertades. Tanto los periodistas como los dueños de los medios deben seguir resistiendo. Nadie dijo que esto sería fácil, pero en algún momento todo terminará y su valor y esfuerzo serán reconocidos por los ciudadanos y la historia.

Mientras eso sucede, los invito a seguir leyendo a Martín Pallares en su cuenta de Twitter: @martinminguchi. Y los invito también a contestarles a quienes les aconsejan “que mejor no digan nada”: muchas veces guardar silencio es ser cómplice de lo que sucede, es renunciar a la esencia de uno mismo e irse en contra de sus principios y valores. Es como Martín lo expresa: “Voy a seguir escribiendo y haciendo bulla. No hay remedio. De eso estamos hechos. Renunciar a eso es como renunciar a la condición humana”.

* Este artículo fue publicado, el 10 de Septiembre del 2015, en el diario El Universo