¿Encapuchados revolucionarios?

(Foto tomada de video de denuncia en youtube https://www.youtube.com/watch?v=4M1hDEGRK3Q)

Por Betty Escobar
@b3scobar

Un ciudadano quiteño denunció en las redes sociales, por medio de un vídeo, un hecho de interés público que me pareció espeluznante.

En el video, con fecha del lunes 21 de septiembre, se aprecia a dos motorizados con el rostro completamente cubierto y uno de ellos tomando fotos a la cédula de identidad del ciudadano mientras le pregunta: “¿Cuál es el motivo por el cual usted se expresa de esa manera? Yo quiero saber ¿cuál es su inconveniente con el señor presidente?”. El hombre había mostrado un dedo pulgar hacia abajo al mandatario, en señal de desaprobación, cuando este pasó por donde el ciudadano circulaba con su vehículo. Para mí fue alarmante ver al encapuchado, el supuesto servidor público, cómo interrogaba al hombre sin mostrar ninguna identificación. Siendo un miembro de la autoridad debió presentarse y explicar la razón por la cual detenía y cuestionaba a un transeúnte. Cuando el ciudadano se percató de esto, comenzó a exigirle al encapuchado que le mostrara sus credenciales, a lo que este contestó: “No tengo documentos porque estoy trabajando”. El ciudadano le dijo: “Si usted no me da un documento y se identifica como un oficial de la ley, yo me retiro, señor”. Acto seguido se observa al hombre cerrando la puerta de su auto y a los dos encapuchados alejándose en una moto sin placas. ¿Cuál fue el delito, cuál fue la ofensa?

Recordé el caso del niño que le hizo otra seña (más gráfica) de rechazo al presidente, en mayo de este año, que fue luego sentenciado por un juez de la Unidad de Adolescentes Infractores, a 20 horas de tareas comunitarias por realizar un “gesto obsceno en descrédito del presidente”.

Se llenan la boca diciendo que nunca antes tuvimos tanta democracia. Entonces, ¿por qué persiguen y tratan de reprimir a todo aquel que se expresa libremente o hace una seña en contra de un empleado público? ¿O es que ya estamos en Cuba y no me he enterado? Hago esta última pregunta porque en ese país, mediante legislación constitucional y penal, sí reprimen las libertades y niegan los derechos civiles y políticos fundamentales a sus ciudadanos. La organización Human Rights Watch en un libro titulado La máquina represiva de Cuba: los derechos humanos cuarenta años después de la revolución, publicado en 1999, manifestó al respecto: “En nombre de la legalidad, las fuerzas de seguridad, con ayuda de las organizaciones de masas controladas por el Estado, silencian la disidencia con duras penas de prisión, amenazas de enjuiciamiento, hostigamiento o exilio”.

A nosotros, en Ecuador, de pasar de la persecución “informal” a una ley represiva como en Cuba, ¿cuánto nos falta? No sé si ya estamos cerca a eso, pero sí sé que ahora mismo ya estamos llegando a límites inimaginables de acoso por el solo hecho de no pensar como el señor presidente o tener “un inconveniente” con él. Tal como le contestó el ciudadano quiteño al encapuchado, al referirse al mandatario: “Yo contra usted no tengo nada. Usted es un ecuatoriano como yo. Con él sí tengo, al igual que la mayoría de los ecuatorianos”.

* Este artículo fue publicado, el 24 de Septiembre del 2015, en el diario El Universo