“Trabajo, austeridad, honestidad e innovación”

Conocí a Otto (me dio la confianza de llamarlo así), el 31 de Diciembre del 2018, en la sala de embarque del Aeropuerto Internacional José Joaquín de Olmedo, de Guayaquil. Yo regresaba a la ciudad de Nueva York luego de pasar unos días con mi familia y él, se dirigía a Brasil a la investidura del presidente Jair Bolsonaro. Tenía apenas 20 días en la vicepresidencia del Ecuador. Me llamó la atención verlo sentado con el resto de pasajeros de vuelos comerciales. Muy atrevidamente me acerqué a él, me presenté y empezó una conversación muy amena. En todo momento Otto tuvo completa apertura al diálogo. Respondió mis preguntas sobre la situación del país, escuchó mis comentarios, y opiniones. Nunca escribí públicamente sobre ese diálogo porque no fue una entrevista pautada. Nuestro encuentro, en ese entonces, fue una casualidad, pero ahora -un año,7 meses después de esa charla- oficialmente pude entrevistarlo y detallo aquí nuestra conversación.

Luego de su salida de Carondelet, en Julio de este año, Otto manejó de regreso a Guayaquil junto a su esposa para reencontrarse con sus padres, hermanos, suegros y cuñados: “Nos dimos un abrazo con todos, créame que una familia que nunca ha estado en esto -con una decisión que yo tomé en su momento-, el tema de salir como entré, salir bien era lo más importante. Con un abrazo cariñoso celebramos eso. Al día siguiente estuve con mis hijos. Luego, fui a trabajar y dos días después ya caí enfermo. De ahí pasé 3 semanas en cama. Aún estoy mejorando. Aún cuidándome.”

Uno de los momentos más duros que debió enfrentar Otto Sonnenholzner, como vicepresidente, fue la pandemia del COVID-19 en Ecuador: “Los momentos de dolor que tuve que presenciar, situaciones de personas que perdían a sus seres queridos en un ambiente de desesperación, lidiar con manejos de cadáveres…me han dejado emocionalmente impactado. Mucho dolor, mucha sensación de no poder hacer nada. Una de las cosas que fallaron fue la ayuda psicológica, así sea en distanciamiento, después se activó, pero un poco tarde aunque te digo por experiencia que en estas circunstancias no hay nada como el uno a uno, el contacto físico, el abrazo -aunque me regañen por lo del distanciamiento-. Yo tuve la oportunidad de hacer eso, tratar de dar fortaleza en un momento difícil.
Mi hermano estuvo con un COVID-19 muy fuerte por 3 semanas, tuve parientes de segundo grado que fallecieron, pero lo más duro era regresar a casa luego de los recorridos a hospitales y no poder abrazar a mi esposa, ni a mis hijos, luego de una carga emocional tan dura quería regresar a ellos. Tenía que estar aislado. Fueron noches difíciles. Nos dedicamos a ampliar la atención, a resolver el problema de los fallecidos. Se resolvieron muchas cosas y la pandemia en el resto del país se enfrenta hoy con una mejor capacidad de reacción y conocimiento. Ahora yo no estoy en ningún cargo, pero me llaman de Colombia, Perú a preguntarme sobre cómo se manejó el tema en Ecuador.”

Y justamente sobre el tema de la pandemia, específicamente lo gravemente vivido en Guayaquil, le comenté al ex-vicepresidente sobre una parte del discurso pronunciado por la Alcaldesa Cynthia Viteri, en los 485 años de fundación de Guayaquil: “…Nos dejaron sencillamente a nuestra suerte. La gente moría en las calles… esta historia la contaremos los más de 2 millones de guayaquileños, lo que es ser abandonados a nuestra suerte”.
Esto me comentó Otto: “No voy a entrar en la discusión, yo creo que la historia está grabada. Yo entiendo el juego político de esto, entiendo que quiera cada quien tratar de buscar un mérito alrededor de lo que se ha logrado en Guayaquil. No creo que hay mérito de nadie, creo que aquí hubo un esfuerzo colectivo para levantar una ciudad en un momento muy difícil, pero sí te debo decir que si alguien estuvo desde el primer momento en la calle poniendo el pecho a esta situación, no digo ‘fui yo’, fue un equipo. Y cuando salí de la vicepresidencia por primera vez entendí, y me quebré emocionalmente en una charla con ellos (con mi equipo), porque entendí que los había puesto en riesgo a ellos y sus familias.

Muchos se contagiaron, pero fue necesario (salir), no teníamos médicos, muchos se enfermaron, otros no querían ir, los camilleros no querían recoger los cadáveres, les daba miedo el contacto y hubo que ir a hacer presencia y demostrar que sí se podía estar ahí. Tuve un equipo de trabajo muy valiente. Y luego con el tiempo, unas tres semanas, empezaron a salir las demás autoridades a tratar de ayudar y está bien. Yo no los cuestiono. Cada quien tendrá sus razones, agradezco toda la ayuda y no importa el momento en que llegó, pero evidentemente yo jamás le huí a este problema, ni mi equipo. Siempre le pusimos el pecho y eso es lo que la ciudadanía reconoce”

En cuanto al panorama electoral, Otto ha dicho en varias entrevistas que debemos evitar que lo radical, el populismo, el socialismo del siglo XXI vuelva al Ecuador. También sostiene que reconstruir el país es un trabajo de todos: “No hay nadie que solito pueda hacer esto y más que una visión electoral, el trabajo de unidad que estoy haciendo, si queremos sacar adelante al Ecuador. No hay fórmulas mágicas, solo objetivos comunes, trabajo, sacrificio, no hay más. Y el que no quiera ver eso y quiera comer cuento nos va a condenar a seguir en lo mismo. Aquí nuestro país solo sale adelante con la verdad.

Esta es una de las situaciones económicas más graves de la historia de la humanidad, a diferencia de la crisis del ‘99 aquí no hay a dónde ir, no es que te puedes ir a Nueva York, a España. Aquí estamos y aquí nos la jugamos todos. Esa es mi preocupación, por eso salí mayormente de la vicepresidencia, porque yo veo el riesgo de que esta desunión, de estos intereses individuales, el egoísmo, la vanidad, nos condenen a seguir cometiendo los mismos errores. Nosotros debemos con humildad aceptar nuestra realidad y cada uno debe entender cuál debe ser nuestro rol y empujar a esos objetivos comunes y créeme, todos tenemos los mismos objetivos. Yo por eso no hablo de ideologías, yo hablo de objetivos que son: erradicar la pobreza, el hambre, lograr equidad, educación, salud de primera para todos, alcanzar el desarrollo apostándole a los sectores donde somos competitivos: la agricultura, la agro-exportación, el turismo, a los sectores más complicados sobre todo en el extractivismo, pero con sostenibilidad, con compensación, con una visión más moderna, que nos permita sostener al país en el largo plazo. Sí se puede, va a ser durísimo… ¿el próximo presidente podrá lograrlo en 4 años? lo dudo, pero va a dejar encaminado al país, com mucho sacrificio.”

Pero, ¿cómo lograr esa plataforma de unidad en Ecuador, Otto? “Seamos super objetivos, en el Ecuador hay muy pocos partidos políticos como tal, con estructuras, con base, con un proyecto. Hoy hay 18 vehículos, no partidos, habilitados para presentar un candidato, es decir, potencialmente podrían haber hasta 18 candidatos. En eso vas a encontrar de todo, quienes lo hacen por vanidad, a veces con alguna inocencia de no conocer realmente la realidad, vas a encontrar quienes lo hacen por darse a conocer -como una apuesta política- y creo que no es momento para nada de eso. Es solo el momento para el deber, hay que olvidarse de los deseos, es momento solo para el deber y eso implica renunciar a todo lo anterior.
Yo le decía a alguno líderes: “tú quieres ser presidente? La verdad, la verdad, habiendo vivido lo que yo he vivido, sabiendo lo que está pasando, desear esto, hay que tener un poquito de locura. Pero hay que entender que no es un deseo, es un deber y en ese marco, todos deben entender cuál debe ser su rol. Este no es un momento para jugar, es un momento crítico para la humanidad, Por eso cuando me dicen “tú eres candidato”, yo digo: lo último será esa decisión, porque si uno ya aparece con una posición de que voy porque voy, de qué unidad estás hablando, de qué desprendimiento estás hablando? Entonces tú convocas desde el desprendimiento y sobre eso tratas de construir. Hay dificultades? Sí claro, y ahí viene la habilidad de la negociación y al final primarán lamentablemente, en muchos casos, los intereses particulares, creo yo. Ojalá esté equivocado.”

Cuando casi llegamos al final de nuestra conversación, y agradeciéndole por su tiempo y por la confianza, le pregunto a Otto cuál sería su mensaje para los electores ecuatorianos y para el futuro presidente del Ecuador: “Tratemos de tener claro cuál es la circunstancia que enfrentamos. A los electores: Que escuchemos y tratemos discernir la verdad de la mentira. Que hagamos ese esfuerzo, que no nos dejemos engañar con tanta facilidad. El populismo encuentra mil formas, mil caras de mentir y de vender cuentos, y nosotros ya debemos saber que comer cuento no quita el hambre. Lo que necesitamos es alguien que nos diga la verdad, que esto va a hacer difícil, que es una situación compleja y que podemos salir adelante si todos ponemos de nuestra parte. No es un espacio para mesías, ni para salvadores, eso no existe desde que murió Jesús. Aquí cada quien tiene que poner de su parte para empujar al país hacia donde tiene que ir que es hacia adelante porque sino va a ser más difícil, más complicado y mucho más demorado resolver problemas que hemos enfrentado por tantos años. Entonces sí les digo, vayan por la verdad, así sea lo que no quieren oír, vayan por la verdad.
Y a quien llegue al poder: que entienda que no hay fórmulas mágicas, que empiece a hacer las cosas diferente. Lo decía Einstein “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Y que el único camino es el del: trabajo, honestidad, austeridad e innovación, sobre todo en estas circunstancias, hay que ver que oportunidad sale de esta crisis a través de la innovación. Ahí está el camino, en esas cuatro palabras.”

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** Otros Videos de la Entrevista:

– Sobre el apoyo de su esposa, Claudia Salem y el resto de su familia:

– Sobre el humor, las caracterizaciones y sátira política… (Hice referencia a la obra “Confinados” de David Reinoso):