Nuevo comienzo

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Betty Escobar
@basoledispa

La mañana del pasado 12 de marzo, Carlos Carabajo se encontraba en su trabajo cuando un compañero de labores lo llamó a avisarle que el edificio donde él vivía se había derrumbado. Él no le creyó y pensó que se trataba de una broma, le contestó que no tenía tiempo para eso. Al rato su celular volvió a sonar, esta vez una amiga diciéndole que había habido una explosión en su edificio. En ese momento Carlos pensó: “es en serio”. Colgó y verificó la noticia. Después envió un mensaje de texto a sus hijas y esposa en Ecuador diciéndoles que estaba bien.

Carlos es uno de los cinco ecuatorianos que vivían en uno de los dos edificios de Nueva York, donde hubo una explosión por una fuga de gas y colapsaron. El accidente dejó ocho fallecidos y 60 heridos.

Cerca del mediodía salió para el lugar del accidente. No pudo llegar al sitio del derrumbe. Las personas que habían perdido sus hogares pasarían la noche en un refugio, pero Carlos fue donde un primo que también vive en Nueva York. Allí pasó un par de noches. Luego la Alcaldía y la Cruz Roja lo llevaron al hotel donde se encuentra hospedado desde hace más de 22 días.

Durante tres semanas traté de ubicarlo con vecinos, Policía, Cruz Roja, y otras organizaciones. Finalmente la semana pasada se logró el encuentro.

Carlos Carabajo nació en Azogues. Al terminar el colegio se fue a Quito buscando un mejor porvenir para él y su futura esposa, con quien tendría dos hijas. En 1991 decidió viajar a Nueva York. Primero laboró en un restaurante, en 1993 un amigo lo llevó a trabajar en construcción y fue ahí donde descubrió su pasión. Actualmente es supervisor de renovaciones de interiores para una compañía estadounidense.

Carlos vivía en un cuarto piso y otros tres ecuatorianos vivían al frente de su departamento. También se encontraban en su trabajo cuando ocurrió el derrumbe. Una señora ecuatoriana que vivía en el otro edificio también salió ilesa.

Él y los demás ecuatorianos han recibido ayuda de la Alcaldía, Cruz Roja, Safe Horizon; el Consulado de Ecuador en Nueva York agilitó la emisión de nuevos pasaportes. En este momento la Alcaldía busca departamentos permanentes para los damnificados; la ciudad correrá con los gastos del primer mes de renta y un mes de depósito.

Carlos se encuentra sorprendido de cómo se ha dado todo en su vida en estos últimos 6 meses, ya que recién en junio del 2013 obtuvo su residencia norteamericana y por fin pudo regresar a visitar a sus hijas a Ecuador. No las había visto en más de 23 años. Esa pudo haber sido la última vez que las vería si el desenlace del 12 de marzo hubiera sido diferente.

Carabajo cree que lo más importante no son las cosas materiales, pero se entristece al recordar que en su casa guardaba las cartas que sus hijas le escribían desde que estaban pequeñas, las libretas escolares que le enviaban y las tarjetas hechas por ellas para el Día del Padre.

Carlos está convencido de que esta es una nueva oportunidad, sobre todo estando en un país donde siempre hay la posibilidad de empezar de nuevo. Dice con buen humor: “Trato de pensar que toda mi ropa pasó de moda y ahora debo comprarme toda la ropa nueva”.

* Este artículo fue publicado, el 10 de abril del 2014, en el diario El Universo

* Este artículo fue publicado el 11 de abril del 2014 en La República EC