Por Betty Escobar
@B3scobar
Hace un par de días, en el portal La República EC, vi una entrevista de Jorge Ortiz a Xavier Bonilla (Bonil). Estos dos grandes representantes de la libertad de expresión hablaban sobre el segundo proceso de Bonil ante la Supercom sobre las caricaturas, el humor, el acoso mediático que sufren los periodistas y todos aquellos que opinan, pero especialmente sobre el grado de intolerancia que se vive actualmente en Ecuador.
Al final de la entrevista, Ortiz dijo algo que me hizo retroceder el video, por lo menos tres veces, para escucharlo nuevamente. Estas fueron sus palabras: “Tenemos que seguir resistiendo… Todo el país tiene que resistir. Esto terminará. Alguna vez las libertades democráticas volverán a regir a plenitud, y quienes las atropellan serán sancionados por la historia y quienes resistan serán reconocidos por el país, como sin duda lo será Xavier Bonilla”. Recordé a tantos otros que han sido atacados de forma dura y constante por el poder, y que a pesar de todo, aún resisten. Jorge Ortiz no es el primero, ni será el último en hablar de resistencia, pero cada vez que alguien que ha soportado la persecución de este Gobierno lo hace, esas palabras cobran mucho más significado y fuerza.
Resiliencia, según la Real Academia Española (RAE), es “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”. Según algunos psicólogos clínicos, es “la habilidad que tiene un individuo de generar factores biológicos y sociales para resistir, adaptarse y fortalecerse, ante un medio de riesgo”. Muchos en Ecuador resisten los abusos, los atropellos, los ataques y el avance de las políticas autoritarias. Siguen luchando pacíficamente por ejercer sus derechos y sus libertades. Es una forma de deslegitimar la agresión por parte del Estado.
Martín Pallares, Carlos Jijón, Carlos Vera, Emilio Palacio, Diego Oquendo, Alfredo Pinoargote, Gonzalo Rosero, Luis Vivanco, César Ricaurte, Juan Carlos Calderón, Christian Zurita, Janet Hinostroza, María Josefa Coronel, Martha Roldós, Galo Lara, Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez, Carlos Figueroa, Fernando Balda, Lourdes Tibán, Mery Zamora, Andrés Páez, Pedro Granja y muchísimos otros más –gracias a Dios– siguen resistiendo día a día en nombre de sus principios, la libertad, la democracia, la justicia y los derechos humanos. Periodistas, políticos, activistas –no importa lo que hagan– son insultados, amedrentados y difamados, por el único hecho de expresar su opinión crítica.
Coincidentemente, este 2015 las organizaciones sociales, sindicales e indígenas del país lo han declarado como “el año de la resistencia” en defensa de la democracia. En su IV Convención Nacional (organizaciones de trabajadores agrupadas en el FUT, Conaie, Frente Popular, Federación Médica, entre otros) anunciaron una marcha nacional para el 19 de marzo. Jorge Herrera (Conaie) dijo: “Será un año de lucha frente a las políticas económicas del régimen”.
Cada vez son más los que resisten. Claro que no es fácil hacerlo y algunos se preguntarán: ¿Hasta cuándo? Pero tenemos que seguir, debemos ser fuertes. Y aquí viene la siguiente interrogante: ¿De dónde sacamos más fuerza? Una amiga muy cercana, que pasa por una de las adversidades más duras de su vida, me recordó una frase de Bob Marley, que tal vez sea la respuesta a esa última pregunta: “Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción”.
* Este artículo fue publicado, el 12 de febrero del 2015, en el diario El Universo