Líderes inseguros
Por Betty Escobar
@b3scobar
Ya ganó las elecciones y se posesionó como presidente de Estados Unidos. Donald Trump debería estar feliz y concentrado en servir a su país. Pues no, eso no ha sido suficiente para Trump. Durante toda su campaña atacó a la prensa por informar y opinar sobre él. Luego del 8 de noviembre de 2016 (día de elecciones), continuó con sus berrinches a través de su cuenta de Twitter y contestando petulantemente a todo aquel que no coincidiera con sus ideas. Llegó el 20 de enero de 2017, Trump se juramentó como presidente, dio un discurso nada conciliatorio y al día siguiente arremetió nuevamente contra la prensa.
Vi en vivo la transmisión de la posesión de Trump y las tomas hablaban por sí solas. Había un número importante de personas cerca al lugar donde se realizaba el acto, pero hacia atrás se veían muchos espacios vacíos. Donald Trump enfureció por la difusión de estas imágenes. El 21 de enero, Sean Spicer, secretario de prensa de la Casa Blanca, reclamó a los medios por las tomas y los amenazó diciendo: “Este nuevo gobierno hará que la prensa rinda cuentas”. ¿Cuentas por informar la verdad y herir la susceptibilidad de un egocéntrico?
Trump es un resentido social (como alguien que ustedes y yo conocemos muy bien). Algunos psicólogos definen a Trump como narcisista, inseguro y obsesionado con el poder. Al leer más sobre las características de su personalidad, me encontré con un informe que el Pentágono hizo público en el 2015 y que contiene los perfiles psicológicos de dictadores a nivel mundial. Allí describen a Hitler como inseguro, masoquista y narcisista. A Fidel Castro lo califican de neurótico y con necesidad de sentirse adulado por las masas. De Muamar Gadafi recalcan su narcisismo y su intolerancia a las críticas. A Sadam Husein lo definen como megalómano, agresivo y violento. Díganme que no se les puso la piel de gallina al leer todo lo anterior y encontrar similitudes, no solo con Trump, sino con el mismísimo tesorito ecuatoriano. Los describen al pelo.
Seth Davin Norrholm, profesor de Psiquiatría en Emory University, señala que la psicología de los dictadores es poder, miedo y ansiedad. El temor a que los demás desafíen su forma de pensar es inseguridad y esa inseguridad los convierte en líderes-dictadores. Son tan inseguros que deben decirle a todo el mundo qué pensar, cómo actuar y qué hacer. Necesitan gobernar la vida de los demás para vencer su propia inseguridad.
Sería ideal poder reconocer a estos “líderes” inseguros antes de que lleguen a ser eso: líderes. El problema está en que aun viendo las señales algunos las ignoramos y terminamos con presidentes como Donald Trump o Rafael Correa. No vaticino buenas cosas para el gobierno de Trump, así como nunca lo hice para el gobierno de Correa. ¿Será que en algún momento reconoceremos el peligro de que esta clase de personas sigan llegando al poder? Por favor, ecuatorianos, analicemos estos últimos 10 años de dictadura en nuestro país, veamos a Venezuela con sus 18 años de tiranía y ahora a Estados Unidos posiblemente encaminado a un modelo gobiernista autoritario. No es suficiente para no “querer ir por más”?
* Este artículo fue publicado, el 26 de enero del 2017, en el diario El Universo
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