La libertad de expresión online: un nuevo terreno de batalla

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Por: Jorge Escobar @elrealchamo

Lo que hemos vivido como ciudadanos del internet en los últimos días ha sido espeluznante. Lo que creíamos imposible – el control de las redes sociales por parte de los gobiernos socialistas del siglo XXI – es una triste realidad.

Como ha sido ampliamente conocido, el director Santiago Villa ha producido un documental que tiene muy preocupado al gobierno de Rafael Correa. El documental, “Rafael Correa, retrato de un padre de la patria”, expone, a través de entrevistas con personajes de varios ámbitos, cómo fue presuntamente financiada parte de la campaña electoral del presidente ecuatoriano por parte de la guerrilla colombiana y otros temas oscuros que han ocurrido durante la gestión del político.

Luego de muchos anuncios de transmisión, una en un canal colombiano y otra en un canal en Miami, misteriosamente el documental era retirado horas antes de ser visto al aire. Según varias fuentes, ésto era producto de viajes de último minuto por parte de personal diplómatico y de relaciones exteriores del gobierno de Correa.

Es así como finalmente el periodista ecuatoriano viviendo en el exilio, Emilio Palacio, decide subir el documental completo a su canal en YouTube.

El documental estuvo online por algunas horas, y luego, sin aviso, YouTube lo retiró del aire.

¿Qué pasó?

La única información disponible al momento era que una empresa denominada “Ares Rights” había argumentado que el video violaba derechos de autor.

¿Derechos de autor? ¿Pero si Villa es el dueño de estos derechos?

Un grupo de tuiteros y yo comenzamos a investigar quién era esta empresa, y efectivamente se dedican a la protección de propiedad intelectual para artistas, empresas y personas. Según el website de la empresa, poseen relación con la mayoría de los sitios sociales, como YouTube, Vimeo, Facebook, etc., para proteger contenidos de video o audio que sean subidos sin la autorización de los creadores que ellos representan.

Asumimos entonces que Villa había utilizado tal vez alguna canción de algún artista sin su autorización. Contactamos a Villa y efectivamente toda la música que había utilizado en el documental había sido obtenida de manera legal. Nuestros intentos de contactar a YouTube fueron en vano.

Es aquí donde da un giro espeluznante la historia. En esas pocas horas que estuvo al aire, varios usuarios pudieron bajarse el archivo de video que YouTube había transmitido, y un par de ellos subieron el video a sus canales de YouTube.

En unas pocas horas, el video había sido bajado también de sus canales, pero en esta ocasión recibieron en sus correos la razón por la cual el video había sido retirado.

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Según estos usuarios, el email de YouTube explica que Ares Rights alega que el documental tiene contenido que viola derechos de autor porque la “retransmisión es propiedad de ECTV”.

ECTV, Ecuador TV, es el canal público del gobierno del Ecuador.

Se pueden deducir dos escenarios: que el documental utiliza imágenes que fueron transmitidas por ECTV sin autorización previa del canal o que Villa cedió los derechos de transmisión a ECTV, lo cual no tiene sentido alguno, cuando el gobierno ecuatoriano ha estado activamente tratando de bloquearlo.

Entonces, si la primera opción es la correcta, estaríamos en presencia de los efectos de una máquina de censura mucho más grande de la que nadie sospechaba. Estamos hablando de que el gobierno de Ecuador está pagando a empresas internacionales para monitorear y censurar contenido que puedan hacerle daño.

Afortunadamente la solución es simple: Villa puede subir el video en su canal de YouTube y si éste es censurado, presentar pruebas a YouTube de que él posee todos los derechos de autor. Quedaría ver entonces cuál sería la próxima jugada del gobierno ecuatoriano en su batalla por silenciar este documental.

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El documental completo se puede ver aquí, cortesía de @fabrizio.

Imagen de correo YouTube cortesía de @carlitoswayec.