¿Respeto? ¡A la vida!

(Foto caricatura de @caricaturasrom)

Por Betty Escobar
@b3scobar

Pareciera que pasamos por varios de los estados emocionales de pacientes de cáncer: negación, enfado, dolor y depresión. Por lo menos es lo que sentí luego de leer el comunicado de la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca). En él dieron a conocer que entidades estatales les deben 130 millones de dólares y que Solca, a su vez, debe 40 millones de dólares a proveedores de medicinas y suministros. Varios funcionarios públicos reaccionaron negativamente al comunicado. El líder máximo de Alianza PAIS le respondió a un reportero (que indagó sobre el tema): “Qué pena que me preguntes esto, porque no es un tema muy interesante”.

Una institución que tiene más de 60 años atendiendo a miles de ecuatorianos que padecen de cáncer y que atraviesa por una grave situación económica que pudiera significar no poder atender a más pacientes, ¿no es un “tema interesante”? Solca es uno de los principales referentes regionales en cuanto a atención integral, prevención, diagnóstico, tratamiento y cuidados paliativos para pacientes con esta enfermedad.

Otra empleada pública, en cambio, pidió a Solca “más respeto a las autoridades” y dijo: “Se está usando a los pacientes para sus intereses”. ¿Cuáles intereses, señora? ¿Los intereses de salvar vidas? Realmente indigna porque con lo que dicen no solo quedan como incoherentes, sino como indolentes también. ¿Sabrán ellos que el cáncer en Ecuador registra un número creciente de casos y es ya la segunda causa de muerte luego de las enfermedades vasculares? De acuerdo con las cifras de Globocan 2012, un proyecto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en ese año la incidencia de cáncer en el país fue de 164,5 por 100.000 habitantes. En el 2013, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), 63.104 personas murieron en Ecuador a causa de diferentes tipos de cáncer.

Casi todos conocemos a alguien que ha sufrido la enfermedad. ¿Será que “ellos” no conocen a nadie que ha padecido cáncer y por eso no saben la gravedad y la urgencia de tratarla? Gracias a Dios si ese es su caso, porque el cáncer es una enfermedad terrible que afecta no solo al paciente, sino a toda la familia. Mi padre lo tuvo y ojalá nadie pasara por eso, es muy duro. El dolor, la angustia y la desesperación no solo de afrontar la situación, sino de buscar como sea el acceso a atención médica. Solca fue crucial para su recuperación y agradezco eternamente las atenciones y trato que le dieron a él y que dan a muchos otros ecuatorianos que ahí se atienden.

El cáncer no espera ni discrimina. “Todos y todas” estamos expuestos a esta enfermedad. Dejemos la arrogancia, el creernos infalibles y tratemos con respeto y seriedad el tema de Solca. Pienso en las familias que ahora mismo viven el cáncer de alguno de sus seres queridos y no quiero imaginar que no puedan llegar a ser atendidos en Solca por la irresponsabilidad de otros. Decir que “poco a poco el Estado cumplirá con todas sus obligaciones” no es suficiente y peor sugerir que los hospitales puedan pasar a ser manejados por las “manos limpias y corazones ardientes”. Tenemos derecho a la salud y se supone que somos el país que ama la vida. Cumplan con Solca, cumplan con los ecuatorianos, respeten la vida de los demás y sobre todo a los pacientes con cáncer y a sus familias.

* Este artículo fue publicado, el 10 de Marzo del 2016, en el diario El Universo