¡Nachos de mi país!
Por Betty Escobar
@b3scobar
Chino y Nacho, Chano y Nicho, nunca supe bien el nombre del dúo. Tampoco nunca me gustaron sus canciones. Hace un par de años vi una entrevista en la que les preguntaban sobre lo que sucedía en Venezuela, ellos respondieron que mejor asumían una posición “neutral” sobre la situación política de su país. Ya con eso remataron. Siempre he sentido vergüenza ajena por la gente que responde “imparcialmente” a esa clase de preguntas.
Muchos en Venezuela y Ecuador aún prefieren hacerse ‘de la vista gorda’, y eso creo que los convierte en cómplices silenciosos. ¿Cómo puedes ser “neutral” cuando tu país está siendo destruido y vive una de las peores crisis económicas, políticas y sociales? ¿Cómo puedes ser “neutral” cuando ves que tus compatriotas no tienen libertades y son amenazados o enjuiciados por pensar diferente?
Pues bien, en este último tiempo, Nacho (Miguel Ignacio Mendoza) dejó de ser imparcial. Para las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2014, Nacho compuso la canción Mi felicidad, con la que la Mesa de la Unidad, MUD (oposición) invitó a los venezolanos a votar por el cambio. Nacho asumía otra posición.
El 12 de febrero de este año, Mendoza fue invitado a ser el orador, por el Día de la Juventud, en la Asamblea Nacional de Venezuela. Nacho inició así su intervención: “Por un tiempo defendí la imparcialidad política de los artistas de mí país… la conciencia no me dejaba tranquilo. Me preguntaba: ¿no dices lo que sientes por consideración a tus seguidores o por temor a perderlos? Yo no quería encontrarme con un cobarde frente al espejo”. ¡Dio en el clavo! Pero no crean que esto solo se aplica a los artistas, no, esto se aplica a todos: al Borrego Hugo Idrovo (él mismo lo dijo) como a cualquier otro ciudadano. Todos tenemos la obligación de no defraudar a nuestro país, porque el no ser capaces de denunciar los atropellos y unirnos en la lucha por la democracia es eso: faltarle a nuestro país.
Cuando Nacho concluyó su discurso, sentí un déjà vu. Él habló de Venezuela, pero mucho se aplicaba a Ecuador: acoso a los opositores, la crisis que tanto niegan, las teorías conspirativas, pero sobre todo la hipocresía de los socialistas del siglo XXI que poseen mansiones y carros lujosos. Luego de su paso por la Asamblea, Nacho no pasó desapercibido por nadie, mucho menos por el Gobierno. Se inició contra él una persecución importante. Hace poco denunció que tres hombres de la Sebin lo vigilaban y el sábado 20 de febrero sucedió lo más grave. Llegando de Estados Unidos, al entrar a su país, su pasaporte venezolano fue anulado. ¿Hay mayor atrocidad que esa? Chino y Nacho se presentaron ese día en un evento a favor de la amnistía para presos políticos. Nacho subió a la tarima y dijo: “Está bien que no me dejen ir, así la lucha es más de cerquita”.
Nacho dejó de ser “neutral” y ahora sufre el acoso revolucionario, pero él ya entendió: “Debemos tener la valentía de denunciar los abusos, el miedo se tiene que acabar”. Yo quisiera que muchos Nachos dejaran de ser neutrales en Ecuador, porque saben lo que pasa, pero aún ‘no les cae el veinte’ de que la única forma de recuperar las libertades es atreviéndose y arriesgando. ¿Será que los Nachos de mi país esperarán a que sea demasiado tarde?
* Este artículo fue publicado, el 25 de Febrero del 2016, en el diario El Universo
* Aquí se puede ver el discurso completo de Miguel Ignacio ‘Nacho’ Mendoza, en la Asamblea Nacional de Venezuela: https://www.youtube.com/watch?v=zKH0mezpR54
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