¿Qué más debe pasar?

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Por Betty Escobar
@b3scobar

En más de ocho años se han dedicado a amordazar a la prensa, a perseguir a todo aquel que los critica, a enjuiciar a los que han denunciado casos de corrupción (en lugar de investigarlos), a malgastar el dinero de sus mandantes en cadenas nacionales para desacreditar a políticos de oposición y ciudadanos por el solo hecho de ejercer el derecho a expresarse libremente y opinar diferente a los empleados públicos. Se olvidaron de que ellos son los que trabajan para el pueblo y que nunca nadie les regaló el país. En todo este tiempo han acabado con la democracia, la independencia de poderes, el respeto a los DD. HH., el sistema judicial. Y si hablamos de economía, ¡uy!, mejor ese tema lo dejamos ahí, porque el que sabemos “siempre ha tenido problemas con los ceros”, como él mismo lo mencionó hace poco en las redes sociales.

Y ahora que los mandantes ya tuvieron suficiente y se han venido haciendo sentir en las calles desde el pasado junio, aún no quieren reconocer (los empleados públicos) que los ciudadanos están realmente hartos. No les ha bastado ver las multitudinarias protestas en contra del Gobierno para tener un poco de dignidad, decencia, inteligencia y valentía en aceptar que ellos han fallado enormemente al Ecuador y que es urgente hacer rectificaciones. ¡No! En lugar de eso, siguen empeñándose en negarlo todo. Difaman a los ciudadanos llamándolos “golpistas” y “desestabilizadores”. No paran los intentos de reprimir la protesta pacífica en las calles. No se cansan de culpar sin pruebas, ni de enviar a sus infiltrados a las marchas para provocar desmanes.

Organizaciones de trabajadores, campesinos y estudiantes del Ecuador convocaron, para el 13 de agosto, a un paro nacional en rechazo a las políticas del presidente. Diferentes grupos apoyaron la convocatoria: jubilados, varios políticos de oposición, movimientos sociales, empresarios, abogados, médicos. Y desde Zamora salió la marcha indígena hacia Quito para unirse al paro, no sin antes anunciar un levantamiento, en todo el país, contra el Gobierno. Durante los días que precedieron el # 13A no se escuchó, por parte del Gobierno, ninguna declaración que dé un leve indicio de que están conscientes de lo que sucede y que habrá rectificaciones. Al contrario, se han mantenido en la misma o peor postura de prepotencia hacia sus mandantes. No han reconocido que deben darse cambios. Siguen repitiendo “que están dispuestos al diálogo”, sí, pero con ellos mismos o con los sumisos de la revolución ciudadana. Eso no es un diálogo. Eso es una burla.

El paro nacional de los sindicatos, el levantamiento indígena, el paro nacional de los abogados, las protestas ciudadanas, ¿qué más hace falta que vea el Gobierno para reaccionar ante las exigencias de un pueblo que ya se cansó? ¿Qué más debe pasar para que admitan lo equivocados que están y terminen con su actitud intolerante?

Por favor, la cordura debe llegar. La cordura tiene que llegar. No jueguen más con la paciencia de sus mandantes, no irrespeten e ignoren el hartazgo de sus ciudadanos y el innegable hecho de que ya perdieron el miedo. Recuerden las palabras del poeta inglés Alexander Pope: “El pueblo es una fiera de múltiples cabezas”. Cuidado con la fiera.

* Este artículo fue publicado, el 13 de Agosto del 2015, en el diario El Universo