Noviembre 3: ¡Que triunfe la democracia!
Hace 22 años llegamos, mi esposo Jorge y yo a los Estados Unidos. No fue por las razones que los fanáticos correístas muchas veces me inventaron en las redes sociales y revistas oficialistas: “Betty Escobar se fue al imperio porque debía dinero”, “en Estados Unidos se casó con su esposo por los papeles” o viceversa; “su esposo venezolano se casó con ella por los papeles”. Jorge y yo estábamos persiguiendo nuestros sueños profesionales. Queríamos cumplir “el “sueño americano”, que aunque algunos digan que ya no existe, aquí estamos nosotros para desmentirlo, somos la prueba viviente que aún existe.
En 1998, era el ‘boom del internet’ y Jorge vino en el momento justo para aprovechar eso, era su carrera, para crear un start-up y trabajar en el desarrollo de plataformas de internet. Por mi parte, quería un mercado más grande en producción de televisión y cine y aquí había uno interminable. Llegamos con la mentalidad con la que hay que venir: a comenzar todo de nuevo, de cero. Y si tuviéramos la oportunidad de hacer todo de nuevo, lo haríamos exactamente igual 1,000 veces. Hemos logrado cosas increíbles en nuestras carreras. Con mucho trabajo y sacrificio, pero somos profesionales felices y desde que hemos tenido oportunidad, hemos ayudado a los que han venido detrás nuestro porque sabemos lo difícil que es empezar de cero. Sabemos lo que es ser inmigrante sin permiso de trabajo y tener que esperar toda la documentación apropiada y sufrir, sí, s-u-f-r-i-r la angustia de no saber si vas a poder quedarte en este gran país y cumplir todos los planes que tienes fijados para ti. Aprender un nuevo idioma, una nueva cultura, su política, sus calles, cómo movilizarte, perderte-encontrarte y volverte a perder. Es una aventura tétrica y al mismo tiempo maravillosa.
Fue en el 2013, cuando nos jurantemos de ciudadanos estadounidenses y ya para ese entonces amábamos a este país como amamos Ecuador y Venezuela. Habíamos dejado aquí ya muchas lágrimas, alegrías, preocupaciones, enfermedades, triunfos, y derrotas, como para no pertenecer a él, ni él a nosotros. Somos verdaderamente afortunados en tener 3 hogares!
Por qué he hecho toda esta introducción? Porque necesito que comprendan la importancia que tienen para nosotros estas elecciones presidenciales de los Estados Unidos del 2020. Para mí y mi esposo, como para millones de latinos y estadounidenses, son cruciales. En lo personal, son tan cruciales como lo serán las elecciones presidenciales de Ecuador, desde ya estoy preocupada que la gente entienda que debemos ir por el candidato más fuerte que evite que vuelva el correísmo al Ecuador y si por ejemplo, ese candidato es Lasso, yo votaré por Lasso y eso no necesariamente me hará “Lassista” ni querrá decir que estoy de acuerdo al 100% con el plan de gobierno de Lasso, y si Yaku Pérez llega a ser el más fuerte en las encuestas para evitar que vuelva el correísmo el Ecuador, tendré que votar por Yaku y eso no me hará “Yakusista” y no querrá decir que estoy 100% de acuerdo con su plan de gobierno y así puedo seguir los ejemplos porque ahora mismo, no se sabe realmente quién será el candidato más fuerte para las elecciones presidenciales en Ecuador, pero creo que pueden ver lo que trato de decir.
Eso exactamente ha sido el panorama en Estados Unidos, el candidato más fuerte fue Joe Biden para confrontar a Donald Trump para evitar que su populismo continúe, porque Trump es populista, hay mucha desinformación que se ha enviado por WhatsApp y Facebook y la gente no se ha preocupado por informarse y también ha elegido no informarse por los medios, las ilegalidades y atrocidades que Trump ha hecho en estos 4 años de gobierno. Violaciones a la constitución, amenazas constantes a la democracia, ha pisoteado derechos humanos de inmigrantes y de los estadounidenses. Decenas y decenas de casos en la corte suprema de los Estados Unidos y federales a lo largo del país, traídos principalmente por organizaciones sin fines de lucro como The Legal Aid Society, LAS (donde orgullosamente trabajo) y American Civil Liberties Union ACLU, que protegen y defienden derechos civiles amparados bajo la ley y la constitución de los Estados Unidos. En un documental de este año llamado #TheFight pueden ver solo algunos de esos juicios. Trump ha usado a su fiscal general, William Barr, tal como Rafael Correa usaba a su fiscal Galo Chiriboga, para sus juicios sucios. Ha usado el Departamento de Justicia para defenderlo a su antojo y blindarlo de que rinda cuentas a la justicia. Trump se ha cansado de escoger jueces a dedo y todo esto, no me lo estoy inventando, necesitaría páginas y páginas para ponerles todo aquí detalladamente, todo está en los medios, solo tienen que buscarlo. Háganlo por favor.
Trump ha atacado e insultado constantemente a la prensa, desde el primer día de su presidencia. Hace poco, la periodista investigativa de uno de los programas más respetables de noticias ’60 minutos’, Lesley Stahl, recordó cuando el presidente le dijo, «sabes por qué desacredito tanto a la prensa?» y ella contestó, no. El presidente le dijo: «para que cuando digan algo negativo de mí, la gente no les crea”. Esa táctica, la de atacar y desprestigiar constantemente a la prensa: “fake news”, es la misma que usan los dictadores: Maduro, Putín, Erdogan, Fidel, Chávez…el mismo patrón. Por eso Trump nunca va a hacer nada por Venezuela. Maduro le debe la vida a Rusia, Maduro es entenado de Putín, por ponerlo de alguna forma, y Putín es uno de los mejores amigos de Trump. Por Dios, 2 + 2 = 4.
Fernando del Rincón, entrevistó hace un par de días a Leopoldo López y ha sido el único opositor venezolano en contestar inteligentemente a la pregunta de: “cuál sería la mejor opción para Venezuela, si Trump o Biden?” Y Leopoldo contesta “la situación de Venezuela viene de hace mucho tiempo…les estamos agradecidos tanto a la administración de Obama como a la de Trump…y cuando nuestro presidente Guaidó estuvo en el informe de la nación y se pararon aplaudirlo, lo hicieron congresistas y senadores demócratas y republicanos.” Es decir, López, está claro que es un tema bipartidista y que lo de Venezuela debe seguirse tratándose sin importar quién sea presidente de esta gran nación. Así que por favor, dejen el fanatismo y la desinformación en Venezuela, en Ecuador y Latinoamérica y apoyen la democracia, que nosotros estamos llevando la peor parte.
Lo que más fuerte ha sido para mí, es ver que muchos con los que yo luché en contra la dictadura de Rafael Correa, que fueron insultados y amenazados, inclusive algunos periodistas, ahora defiendan el populismo, la corrupción y las ilegalidades de Trump. Me duele que elijan hacerse los ciegos luego de que ellos, como yo, pasaron lo que pasamos con el correísmo. La única diferencia entre Correa y Trump es que uno de ellos es anaranjado y habla apropiadamente el inglés. Nada más.
Dejen el fanatismo y apéguense al análisis y a la información.
En Ecuador: a votar por el candidato más fuerte para evitar que vuelva el correísmo (populismo), en Estados Unidos: a votar por el candidato único que nos saque por fin del populismo (trumpismo). No sean más cómplices, por favor.
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