Conversando con Lilian Tintori

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Por Betty Escobar
@b3scobar

Lilian Tintori ha realizado 172 viajes, en los últimos tres años, haciendo activismo por los derechos humanos, hablando sobre la situación de Venezuela y compartiendo su vivencia personal como esposa de Leopoldo López, preso político de su país. La han recibido en Argentina, Suiza, Francia, Canadá, Italia, España, México, Perú, Chile, Paraguay, Estados Unidos, Panamá. Y el pasado 15 de marzo, Lilian intentó llegar con su mensaje a Ecuador, pero el gobierno de la revolución ciudadana le prohibió el ingreso a nuestro país. Así que invité a Lilian a este espacio, para que nos diga aquí aquel mensaje que deseaba dar a los ecuatorianos y para que nos cuente más sobre su activismo. “El día que metieron preso a mi esposo Leopoldo, abrí los ojos y me comprometí con esta lucha. Se llevaron a un hombre inocente. Destrozaron a mi familia y desde entonces lucho por su libertad y por la libertad de todos los presos políticos”.

Pero Lilian dice que ella sintió que algo hacía falta entender en Venezuela para iniciar esa lucha: “Entendí que los venezolanos debíamos conocer nuestros derechos, que nadie nos puede quitar. El derecho a la comida, a la medicina, a la vida, al libre tránsito, a la justicia. En Venezuela nos han privado de todos ellos. En mi país hay dictadura. Por eso todos los días me convenzo de que mi lucha es la lucha de la libertad. Mi lucha es una lucha moral, espiritual. No es una lucha política”.

Liian Tintori habla apasionadamente sobre su país y su lucha. Pienso que a veces debe sentirse agotada, no solo por el desgaste físico de los viajes, las entrevistas, las conferencias, sino el desgaste emocional. ¿Cómo logra Lilian continuar? “Yo conozco la lucha de Leopoldo López desde hace trece años. Estoy enamorada de Leopoldo y comprometida con su proyecto de transformar a Venezuela de nuevo en un país libre y democrático. A las familias en Venezuela les han quitado lo más sagrado y eso me indigna. Me indigna tanto que es lo que me motiva a continuar trabajando para lograr el cambio en mí país.

Le hago (para mí) la pregunta más difícil a Lilian, ¿cuáles son las cosas que más le han impactado de lo que está viviendo Venezuela? “Una mamá que llega a un hospital público con su hijo de 4 años, pero no hay medicamentos. Luego de tres días el bebé muere. Esa es la realidad de miles de mujeres en Venezuela. Los venezolanos comiendo de la basura, no necesariamente de pobreza extrema, venezolanos de clase media. Los presos políticos siendo torturados. Les fracturan los brazos y los dedos de los pies. En Venezuela hay 115 presos políticos, 29 tienen boleta de excarcelación y los policías no los dejan salir. Somos una nación secuestrada, nos quitaron el referéndum revocatorio. En Venezuela no hay sonrisas, no hay flores brillantes, están marchitas. Por eso le digo a Ecuador que tiene una oportunidad enorme el 2 de abril. Voten por la democracia”.

Va terminando nuestra conversación y le pido a Lilian que piense en el futuro y se imagine a Leopoldo en libertad y a una Venezuela libre también. ¿Cómo se ve Lilian en ese momento? “Seguiré involucrada en la defensa de los derechos humanos. Ya más nunca me voy a poder separar del tema porque la bandera de los derechos humanos me ha mantenido de pie. Veo sentido a la vida cuando trabajo por ellos, porque cuando lo hago no solo defendiendo los derechos de los venezolanos sino los de todos los ciudadanos del mundo. Ahora también estoy comprometida con Ecuador porque fui víctima directa de violación de derechos humanos por parte de su presidente”.

Me despido de Lilian, le agradezco por su tiempo y no puedo evitar, como ecuatoriana, disculparme por el bochornoso episodio que las autoridades de nuestro país le hicieron pasar. Le aseguro que los ecuatorianos acogemos con cariño a los extranjeros y que espero pronto pueda corroborarlo. Sonríe y me agradece. Luego, Lilian envía el mensaje que llevaba para Ecuador: “Mi mensaje era contarles lo que he vivido como mujer y como esposa, lo que pasa en Venezuela, y hacer una reflexión con ustedes para que piensen: ¿cómo están hoy los derechos humanos en Ecuador? Si se respetan, si el gobierno actual ha asumido todas las recomendaciones de las Naciones Unidas (ONU).

Yo iba para que Rafael Correa hiciera una reflexión y pidiera la libertad de Leopoldo López. ¿Cómo es que él no ha pedido la libertad de un hombre inocente y no ha rechazado la crisis humanitaria que hay en Venezuela? Iba también para que los ecuatorianos apoyen la aplicación de la Carta Democrática como mecanismo de alerta para que haya elecciones este año y pare la dictadura en mi país.

Creo en los líderes que respetan los derechos humanos. Y hoy los líderes del mundo están con un proceso dictatorial o con un proceso liberador. Yo no quiero que a Ecuador le pase lo mismo que a Venezuela. Y como activista de derechos humanos tengo la responsabilidad de decirlo, de opinar y de recomendar. Y mis recomendaciones para Ecuador eran simplemente: luchen por su libertad”.

Este artículo fue publicado, el 21 de Marzo del 2017, en el diario El Universo